Emigrante Veracruzano

Espacio abierto al diálogo entre las veracruzanas y veracruzanos que viven en otro Estado de la República, en otro país o en una ciudad que no es su lugar de origen dentro del mismo Estado de Veracruz. Espacio igualmente abierto para los familiares que esperan el regreso de los que emigraron y académicos estudiosos del fenónemo de la migración entre los veracruzanos.

sábado, marzo 25, 2006

Emigrantes Veracruzanos

Veracruzanos en Movimiento

Cuando estudié en Xalapa, tuve muchos compañeros que no eran de allá. Habían llegado de Las Choapas, de Cuichapa, de Córdoba, de Orizaba, de Coatzacoalcos y Minatitlán, de Vega de Alatorre, entre otros lugares. Luego cuando terminé la universidad, trabajé un año y llegó mi turno: me fui de México. Dejé a mi familia y a mis amigos para irme detrás de un sueño. Mi objetivo era estudiar, pero también trabajé, pues tenía que pagar mis estudios.

Tiempo después mi hermano terminó su carrera y como muchos de sus compañeros de generación (y de los míos también), al terminar se fue de Xalapa buscando trabajo. El encontró algo en Veracruz, otros lo hicieron en la Ciudad de México, en Puebla, o en Ciudad del Carmen, entre otras ciudades. Todos jóvenes, voluntariamente o porque no nos quedó de otra, nos fuimos a otras ciudades.

Mi mamá trabaja y tiene sus amigas, para bien y para mal siempre está ocupada. Con eso y aunque mi hermano y yo ya “estamos grandes”, no deja de preocuparse por nosotros que estamos lejos. En mi casa, Paz, la señora que la ayuda a mi mamá a mantener la casa limpia, también tiene un hijo que está lejos. El se fue a Estados Unidos para trabajar creo que hace ya más de un año. Así que, supongo que del alguna forma se acompañan en sus preocupaciones por nosotros, sus hijos.

Mi papá que ya hace unos años vive en el Puerto de Veracruz, después de haber vivido casi toda su vida en el Distrito Federal, también trabaja mucho, pero, aunque con menos frecuencia que con mi mamá, pues mantengo con la comunicación vía Internet y a veces le hablo por teléfono. Pensando en esa comunicación tan rápida y eficaz, he tratado de imaginarme viviendo en los tiempos que el único medio de comunicación eran las cartas de papel, he tratado de imaginarme: ¿Cómo hubiera sido estar al otro lado del Atlántico sin Internet ni teléfono? Y no me gustó lo que imaginé.

Rodrigo Zárate Moedano