Emigrante Veracruzano

Espacio abierto al diálogo entre las veracruzanas y veracruzanos que viven en otro Estado de la República, en otro país o en una ciudad que no es su lugar de origen dentro del mismo Estado de Veracruz. Espacio igualmente abierto para los familiares que esperan el regreso de los que emigraron y académicos estudiosos del fenónemo de la migración entre los veracruzanos.

sábado, abril 08, 2006

En el camino

Diciembre apenas había empezado y como una curiosa coincidencia, salí de México el día que Ernesto Zedillo le entregó la banda presidencial a Vicente Fox. Tenía veintitrés años y era la primera vez que yo hacía un viaje fuera de México, así es que para mí todo era novedoso.

Primero volé de México a Frankfurt, Alemania. Allá esperé algunas horas a que saliera mi vuelo a Madrid. En contraste con el aeropuerto de la Ciudad de México, el de Frankfurt parecía una tumba, me parecía demasiado gris y silencioso. En la sala de espera tomé un periódico y leí una visión gringa de la toma de posesión de Vicente Fox. Dejé el periódico y observé a la gente que esperaba junto conmigo. Junto a mi había una familia de ecuatorianos y enfrente una de musulmanes adinerados. Un par de niños comenzaron a darle vida a la sala de espera, persiguiéndose y gritando, rompiendo el silencio alemán.

Llamaron mi vuelo y me dirigí hacía donde indicaban las flechas. A la entrada del avión cogí un ejemplar del único periódico en español que había. En las páginas del diario español ABC volví a centrarme en la toma de protesta de Fox como presidente de México. La versión gringa del USA-Today y la española del ABC, valoraban la sucesión presidencial en México como un proceso auténticamente democrático. Hecho que sugería un futuro de progreso sólido y justo, yo sólo esperaba que no se equivocaran. Pero hoy, en la etapa final de la gestión de Fox, veo que el progreso sólido y justo sigue brillando por su ausencia. Basta con hojear las revista Forbes y Fortune, para encontrar de 10 a 15 mexicanos entre los 500 hombres y mujeres más ricos del mundo y contrastar esos datos, con las tasas de desempleo, con el número de cruces ilegales de mexicanos en la frontera norte en los últimos cinco años; o con las cifras de la Secretaría de Desarrollo Social del gobierno federal, las cuales señalan que el 54 por ciento de los mexicanos son pobres, que 24 por ciento de los mexicanos no ganan lo suficiente para comprar una canasta básica.