Emigrante Veracruzano

Espacio abierto al diálogo entre las veracruzanas y veracruzanos que viven en otro Estado de la República, en otro país o en una ciudad que no es su lugar de origen dentro del mismo Estado de Veracruz. Espacio igualmente abierto para los familiares que esperan el regreso de los que emigraron y académicos estudiosos del fenónemo de la migración entre los veracruzanos.

domingo, septiembre 24, 2006

La solidaridad que hace falta

Leyendo el diario me encontré una nota de esas que me conmueven tanto. En medio de las fificultades y los infiernos me gusta darme cuenta que aún existe gente solidaria, empática. Ahí les va un fragmento del reportaje: México, duro "entrenamiento" para centroamericanos que sueñan con EU.

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Ahora recuerda que cientos de kilómetros atrás, en Tabasco, con él venían en el tren más de tres mil centroamericanos, hombres, mujeres y niños. La mayoría fueron detenidos en Veracruz. Otros cayeron de las góndolas al quedarse dormidos o entumirse sus manos. Muy pocos llegaron tan lejos como él, pero todavía le falta mucho recorrido.

Igual que Pedro, antes de enfrentarse con los cazamigrantes, el desierto y la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos, los indocumentados pasan por un involuntario y duro "entrenamiento" en territorio mexicano.

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Cuando llegamos a un lugar que se llama Coatzacoalcos fuimos a la casa del migrante y nos dieron de comer, pero únicamente nos tuvieron un día, nos dijeron que nos fuéramos porque llegaban muchos y había que ayudarles también a los otros".

En Veracruz, al pasar el tren se acercaban personas "que le estaban dando de comer a uno. Ahí sí nos hizo falta barriga, porque ahí de una parte y de otra nos estaban dando... nos tiraban comida al tren, y bastante agua".

De Coatzacoalcos le seguimos para el Distrito Federal, toda una noche, pero topamos con un retén "y los agarraron a ellos, yo me escapé por unos cañales, como era de noche no me vieron, no me pudieron agarrar".

Después se encontró con otro indocumentado, de El Salvador, y juntos emprendieron el viaje al norte de México, de polizones en el tren. "No nos topamos a los guardias del tren, antes un buen guardia que estaba ahí en la estación nos dijo que tomáramos ese tren que venía para estos lados acá.

La nota completa en:

www.jornada.unam.mx/2006/09/23/030n1est.php