Las últimas navidades
He pasado ya muchas navidades fuera de México. La primera me tocó en Madrid. Ahí estaba yo, solo, en un departamento sin conocer a nadie, al borde del llanto, muerto de frío. Comenzando a asumir la distancia.
La segunda navidad volví a pasarla en Madrid, pero esa vez, estaba ya en compañía de Anna. La distancia con Xalapa ya no era tan pesada.
La tercera navidad la pasé en Suecia. Entonces recibí un regalo maravilloso. Anna se puso de acuerdo con mi mamá para darme una sorpresa: regalarme un vuelo a México a principios del año siguiente.
Nos reunimos en casa de María, la tía de Anna en Hallsberg. Vimos el especial de navidad del Pato Donald, comimos varias delicias navideñas y luego llegó el momento de repartir regalos. Yo no tenía idea de lo que Anna me tenía preparado... todos los sabían menos yo. Así que llegó el momento, abrí mi regalo y me encontré con una tarjeta telefónica para llamar a México... y un papel que tenía un avión dibujado y un texto "Vale por un viaje a México, feliz navidad". Anna me dijo que era de parte suya y de mi familia en México.
Me temblaron las piernas, sentí un calor muy intenso en el pecho, me escurrieron un par de lágrimas. Anna sonreía complacida al observar la felicidad que mi rostro reflejaba. Me sentí profundamente feliz y agradecido con Anna. Carajo, me estaba regalando una de las cosas que más deseaba: encontrarme con mi familia. Fue enorme. La abracé con todas mis fuerzas, la besé, le agradecí. Su tía, su madre y su papá me deseaban suerte en el viaje.
Casi no podía hablar y Anna me instó a usar la tarjeta, a llamar a México. Le llamé a mi mamá y me preguntó: ¿qué te parece tu regalo? Y ahí me tiré un buen rato feliz de la vida, muy agradecido con Anna, muy enamorado de ella.
Las navidades siguientes las pasé en Suecia y en Noruega. Recuerdo especialmente una navidad noruega. Cruzamos la frontera con rumbo a Trondheim y luego al sur hacia Larsnes, el pueblo donde nació Björn, el papá de Anna; donde vive Else, su abuela. La casa está a 50 metros del mar, al fondo de un Fiordo y estuvimos ahí varios días. Caminamos por el bosque, decoramos el árbol, comimos pasteles de la abuela y grabamos varias cintas con mi cámara, que al final transformamos en un film. Para esa navidad ya llevaba yo varios años fuera de México. La distancia con México ya era parte de mi vida cotidiana; pero seguía extrañando.
Hoy, hace seis años que estoy fuera e México y como el año pasado, volveré a pasar la navidad en Xalapa. Estoy a tres días de partir. He tenido mucho trabajo dejando todo listo para que mi ausencia no resulte un problema. A penas hoy he podido empezar a organizar mi maleta, pero ya tengo casi todo listo; sobre todo mis ganas de encontrarme en compañía de las personas que tanto quiero y que tanto llevo extrañando.
3 Comments:
hola, acabo de leer, una vez más, lo nuevo de tu página... cómo tantas veces, me emocioné... hasta la liberación de algunas lágrimas... y me da muchísimo gusto leerte, saber de tus emociones, de tus vivencias, me encantó tu descripción de la tercera navidad fuera de tu tierra, cuando recibiste un boleto de avión, que te regalamos, para venir a México. También me encantó saber que quieres disfrutar de compartir con la familia el próximo bautizo de tu sobrina... y yo que te lo acabo de recordar por si se te hubiera olvidado... sin tener la conciencia de la importancia que tiene para tí, me hace feliz, muy feliz
hola rodrigo,
me gustó mucho tu relato, yo también tengo 6 anios fuera de México, en todo este tiempo he regresado solo tres veces, al principio porque pensé que mi paso por europa sería temporal y preferia quedarme aqui, ahorrar lo del boleto a México para viajar por europa, pero después, conocí a mi marido, que como tu pareja es sueco también, y ahora que ya sé que mi paso por aqui no es temporal, será psicológico, pero también quisiera pasar al menos una vez cada anio en mi país, con mi familia. Que bueno que ahora puedes ir mas seguido para alla.
Yo pasaré estas navidades en Suecia, te deseo buen viaje y felices dias en mexico con tu familia.
A ver si el proximo anio nos ponemos de acuerdo y nos podemos reunir.
Saludos!
A veces siento que quisiera ser libre y andar fuera de méxico todo el tiempo. Viajar, trabajar, conocer... es el deseo de libertad y de crecer que supongo muchos han tenido. Yo fui migrante hace muy poco. Yo misma tuve que sacrificar a mi familia por pasar en un país extraño mi navidad. Y este año, estoy en casa. Estoy feliz. Y quisera no marcharme, pero está felicidad engañada en esta tierra no será por mucho tiempo.
Gracia spro compartir tus experiencias, son parte de los sacrificios de salir de casa.
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