A siete varos el kilo de chulada
Y ahí está mi abuela, comprando uvas en un mercado. Y acá estoy yo extrañando a mi abuela. Extrañando estar sentado en la misma mesa que ella, de preferencia, una en la que ella se haya encargado de preparar la comida. Veo los chiles y extraño sus salsas... en especial esa de chiltepín que le sale tan buena. Extraño las sobremesas del domingo, con mi mamá, mi abuela, mi tía Gilda y mis primos tomando café, yo, junto con mi hermano, dejando de lado el café para concentrarnos en alguno de los postres de fábula de mi abuela. Extraño las conversaciones que parecen interminables al atardecer, con la panza llena. Extraño las historias contadas ya mil veces, rescatando alguna anécdota de la vida de mis abuelos cuando eran jóvenes. Extraño el olor del café aunque no me lo tomara. Acá en Europa el café no huele igual, no sabé igual.
1 Comments:
Es un hecho que el cafe no sabe igual, de hecho el cafe solo sabe sabroso cuando estas con alguien que te agrada y claro...Ese algo es la familia!!! Yunnuen Olivares.
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