Emigrante Veracruzano

Espacio abierto al diálogo entre las veracruzanas y veracruzanos que viven en otro Estado de la República, en otro país o en una ciudad que no es su lugar de origen dentro del mismo Estado de Veracruz. Espacio igualmente abierto para los familiares que esperan el regreso de los que emigraron y académicos estudiosos del fenónemo de la migración entre los veracruzanos.

sábado, diciembre 16, 2006

Ya llegue (sin acento)

Les debo los acentos en este post. Estoy en un Office Depot de la ciudad de Mexico y no le encuentro los acentos a la maquina. Y si, este es mi primer post estando en Mexico. Llegue el miercoles y hasta hoy logre conectarme a internet. Ya sabran, he andado super ocupado, digiriendo tantas experiencias y sensaciones, encontrandome con amigos y familiares, reencontrandome con mi pais.

El viaje inicio con mucha magia. Entro al avion buscando mi asiento y de pronto se dirigen a mi: ¡Que onda huey!. Orale, era Marco, el mexicano de Skelleftea, Suecia... ahora de Umea. Hacia como dos años que no nos veiamos. No teniamos idea de que viajabamos en el mismo vuelo... a solo una fila de asientos de distancia.

Llegue a Mexico pedisimo de alegria, pedisimo por todo el vino que me sople en el camino. En el avion armamos como una fiesta una bola de emigrantes retornando a casa. Nos juntamos unos seis en la cola del avion y armamos como un bar. Depues de un rato echando desmadre las azafatas comenzaron a cansarse de nosotros y nos amenzaron con denunciarnos con la policia al llegar a Mexico. Yo me disculpe un par de veces y trataba de hacerles entender que estabamos muy contentos por volver a casa, la mayoria llevabamos ya tiempo fuera de nuestras tierras.

En el aeropuerto me recibio mi tia Lupita. Luego me llevo a casa de Ana, una amiga. Me despedi de mi tia y me quede con Ana. Yo estaba ya hecho un trapo, cansadisimo, no habia dormido ya durante demasiadas horas, pero habia tanto que platicar... Ana y yo no nos veiamos desde hacia seis años, desde que me fui de Mexico. Entonces, los dos dejamos Xalapa, pero yo me fui a Madrid y ella al norte de California. Ahora seis años despues, nos encontrabamos en el DF, con muchas historias acumuladas con los años.


4 Comments:

At 4:15 p.m., Anonymous Anónimo said...

Uff esa sensación de regresar es padrísima! a mi me encanta bajarme del avión en el aeropuerto Heriberto Jara Corona y sentir esa HUMEDAD intensa que solo se siente en el puerto de Veracruz! jaja antes la odiaba pero ahora es como respirar vida, amistad y recuerdos!

cuanto tiempo tiene que no ibas a México entonces? suenas como si tuvieras siglos de no ir...?

saludos

 
At 10:24 a.m., Blogger .:Emigrante Veracruzano:. said...

Llevo sólo un año sin venir, pero de vez en cuando siento como que fue hace un siglo que estuve aquí. Será por la energía extrañosa acumulada en seis años, será por la cambiada fisonomía de la ciudad, será porque ya me resultan extrañas muchas prácticas comunes de esta tierra. Será por eso.

 
At 8:57 p.m., Blogger DELFIN said...

hola,mi nombre es sergio radico en san diego,california.Tengo 9 anos sin ir a veracruz soy originario de piedras negras y tengo muchas ganas de ver a mis padres,hermanos y amigos.El 9 de marzo del 2007 regreso tengo una felicidad tan grande que no me cave en el pecho.saludos a todos losinmigrastes en este pais.Que dios los bendiga y los cuide siempre.

 
At 11:13 a.m., Blogger .:Emigrante Veracruzano:. said...

Sergio, comprendo que la felicidad que sientes sea tan grande que no te quepa en el pecho, lo comprendo porque ahorita yo ando con el pecho reventado de felicidad. Llegué a Xalapa hace ya varias semanas y aquí sigo. He pasado estas semanas recuperando mi ciudad, caminando por sus calles, observando a la gente, reintegrándome a ese paisaje del que me fui hace 6 años. He pasado estas semanas dando y recibiendo amorosos abrazos, recuperando espacios y caricias, besando mejillas y unos labios que hacía tiempo no besaba. Me he vuelto una sonrisa andante. El hombre con el pecho reventado de felicidad.

Te deseo suerte y toda la felicidad que puedas experimentar en tu viaje de retorno.

un abrazo, rodrigo

 

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