Emigrante Veracruzano

Espacio abierto al diálogo entre las veracruzanas y veracruzanos que viven en otro Estado de la República, en otro país o en una ciudad que no es su lugar de origen dentro del mismo Estado de Veracruz. Espacio igualmente abierto para los familiares que esperan el regreso de los que emigraron y académicos estudiosos del fenónemo de la migración entre los veracruzanos.

domingo, febrero 11, 2007

Fandango en Tlacotalpan

El primero de Febrero salimos de Xalapa con rumbo a Tlacotalpan. Bajamos de la montaña y llegamos a la costa. Las mangas largas y los pantalones comenzaron a acalorarnos ya a la altura de Cardel. Después de poco más de tres horas de viaje llegamos a Tlacotalpan; el lugar donde nació y creció mi abuela Imelda. Hacía cuatro años que yo no iba a Tlacotalpan y ya doce desde que fui por primera vez.

Yo llevaba ya varias semanas con ganas de fandango y por una cosa o por otra, cuando había fandango en Xalapa, yo no lograba ir. Pero en Tlacotalpan me puse a mano. La temperatura era muy agradable. Cambié el pantalón de mezclilla y la manga larga, por una playera de manga corta y unas bermudas. Esa noche asistí al Encuentro de Jaraneros y Decimeros y me gustó mucho, sin embargo disfruté mucho más los fandangos del día siguiente ahí en San Miguelito…

“La guanábana al chupar es una fruta tan suave, se deshace al paladar y sólo la lengua sabe…Guanábana dulce y azucarada”

Toritos habían entrado y habían salido. Empezamos con el de cacahuate y luego seguimos con uno soberbio de guanábana y finalmente con uno de piña igualmente delicioso. La tarde era muy agradable aunque corría un poco de viento y el cielo estaba medio nublado. Los jaraneros tocaban y un espontáneo duelo entre decimeros tenía lugar, mientras dos bellas y duchas bailadoras zapateaban con elegancia.

Me gustó mucho escuchar las décimas pícaras del abuelo y el cómo se las contestaba el joven. Al mismo tiempo, con sus versos, ambos chuleaban a las bailadoras, en especial a la del paliacate rojo en la cabeza, quien no se daba por aludida, quizás porque estaba muy concentrada llevando el paso, quizás porque su galán andaba cerca. Dos o tres chicas bajaron y subieron de la tarima y la del paliacate rojo seguía zapateando, sensual y habilidosa. Y ahí estaba yo, tomando fotos, escuchando la música, comentando algún gesto o algún sonido con Edgar. Ahí estaba yo, disfrutando del fandango en Tlacotalpan.

"Lo mucho que te quiero y el mal pago que me das..."

Y si se les antoja un son desde Tlacotalpan:

www.youtube.com/watch?v=YNy3VUZjDmE