Emigrante Veracruzano

Espacio abierto al diálogo entre las veracruzanas y veracruzanos que viven en otro Estado de la República, en otro país o en una ciudad que no es su lugar de origen dentro del mismo Estado de Veracruz. Espacio igualmente abierto para los familiares que esperan el regreso de los que emigraron y académicos estudiosos del fenónemo de la migración entre los veracruzanos.

lunes, julio 30, 2007

Consume lo que Veracruz Produce

Nuevas generaciones de Emigrantes

"Las escasas y cada vez más competidas oportunidades de trabajo en el Estado propician que cada año miles de jóvenes al egresar de las escuelas de nivel superior emigren hacia el distrito Federal, Guadalajara, Monterrey, Reynosa e incluso a Estados Unidos en busca del empleo que en Veracruz no encontrarán."

"Quienes, con un poco de suerte y dinero, continuarán sus estudios de postgrado, también están conscientes que al concluir esa preparación igualmente deberán emigrar pues en Veracruz no hay empleo bien remunerado en muchas de las áreas."

"Según estimaciones del Consejo Nacional de Población, en Veracruz al año egresan más de 30 mil jóvenes de sus estudios de nivel superior o de carreras técnicas que buscan incorporarse al mercado laboral en sus distintas áreas de estudio."

"Sin embargo, la experiencia narrada por los jóvenes es que al egresar cuando mucho un compañero suyo ya tiene empleo, ya sea en alguna dependencia pública o en el sector privado y el resto tendrá que esperar para lograr un empleo relacionado con lo que estudiaron y medianamente pagado, por lo que prefieren ir a otras entidades."

La nota completa en:
www.oem.com.mx/diariodexalapa/notas/n354631.htm


Con la frente marchita

Siento que mis pensamientos se cuecen con el calor que está haciendo. Carlos Gardel canta y yo lo escucho… "Tengo miedo del encuentrocon el pasado que vuelvea enfrentarse con mi vida."

El sigue cantando y yo sigo pensando. Pienso en lo que soy y en lo que fui. Me digo: yo elijo creer que uno es dueño de su destino; que uno es lo que lee, lo que ve, lo que consume, lo que hace. Elijo creer que uno puede cuestionar y transformar lo que le gusta y no le gusta de su vida. Y si, con esa idea emprendí un viaje hace ya varios años.

Me fui con el objetivo existencial de aprovechar la distancia para desechar todas aquellas partes de mi vida que no me satisfacían… y para hacer parte de mi aquellas ideas y formas de hacer las cosas que me gustaran. En corto, me fui con el objetivo de construir un Rodrigo diferente al que se iba.

Construir esa identidad me costó seis años y medio, muchos kilómetros de distancia, muchas horas de nostalgia y soledad, muchas horas de trabajo, de desfogue, de caminar, de recorrer, de no saber y aprender, muchas lágrimas, muchos sollozos, muchas risas y alegrías.

Pero al irme, no imaginaba que volver a mi país, fuera a brindarme tantas oportunidades de auto conocimiento, como me las proporcionó el hecho de irme, que fuera a plantearme tantas disyuntivas existenciales. No me imaginaba tampoco que tan duro podía ser en realidad, el enfrentar mi nueva identidad con un país que poco ha cambiado.

Es ahora que estoy siendo más consciente de todo aquello que he elegido desechar, así como de todo aquello que he decidido hacer parte de mi vida. Es ahora que estoy siendo consciente de los caminos tan diferentes que puede tomar la evolución de las personas.

Muchas veces me enfrento con que mis formas de hacer las cosas y de entender el mundo les resultan extrañas a quienes se quedaron aquí. Y el defender mi derecho a ser, pensar y hacer diferente se percibe como radical. A veces me siento aquí, tan extraño como me sentí al llegar a Madrid hace más de seis años. Volver está resultando una experiencia mucho más rica y mucho más compleja de lo que yo imaginaba.


lunes, julio 23, 2007

Nueva película sobre emigrantes

El otro día me encontré en el Diario de Xalapa una nota sobre el nuevo proyecto cinematográfico del director veracruzano Ricardo Benet. He aquí lo que más me llamó la atención.



"La trama se desarrolla entre Nueva York y México. El personaje es un muchacho treintañero, migrante ilegal mexicano que trabaja limpiando cristales en los rascacielos; en uno de los pisos que limpia, conoce a una mujer neoyorquina, quien trabaja en una compañía de producción.”

“Ella está editando un video sobre el Metro de la ciudad de México –ciudad que el protagonista no conoce, ya que salió de su pueblo, directamente hacia los Estados Unidos-. Ella intenta descubrir la razón por la cual su padre se suicidó, y así, poco a poco estos personajes construyen una amistad.”

“A través de videos, el muchacho conoce el país en el que nació pero no le es familiar. El protagonista conoció la playa en Nueva York, mientras la chica le hablaba sobre las playas mexicanas como Puerto Escondido; el tiene claustrofobia, por lo que nunca se metería al metro, en tanto, ella padece acrofobia, por lo que deciden realizar su amistad al ras del piso.”

“En Nómadas hay otro personajes de otras partes del mundo, quienes, al igual que los protagonistas buscan su sitio de pertenencia en una enorme ciudad como lo es Nueva York, la cual les intimida y de la que se esconden.”

“‘Esta historia retrata una realidad en los mexicanos: desconocer la cultura, los paisajes, las tradiciones y la vida de nuestro país’, manifiesta el director.”

La nota completa en:
www.oem.com.mx/diariodexalapa/notas/n343061.htm


Me vi en el espejo

Llegamos a casa de mis tíos en Fortín de las Flores. Lalo acaba de llegar de España. Vino a pasar tres semanas por acá y quiere llenarse de familia, de risas, de frijoles, de tacos, de humedad, de verdor, de abrazos y apapachos. Ahora me tocó a mí ser parte de la familia que recibe con gusto al pariente que vive lejos… pero sólo hace seis meses estaba yo aquí, de paso, de vacaciones, como Lalo. Ahora al verlo a él, me vi en el espejo, me vi a mi mismo de paso, con ganas de absorber y llenarme de cada detalle. Reconocí las ganas con las que dijo “yo quiero” cuando mi tía preguntó, “¿Quién quiere frijolitos?”. Reconocí el hecho de que no quisiera ir al baño para no perderse ningún chiste, ninguna broma, para no perderse ningún detalle. Reconocí en su rostro el gusto que a mí me daba estar rodeado por mis primos, por mis tíos; el gusto que me daba comerme un taco mientras escuchaba las voces de mi familia recreando alguna anécdota de “cuando éramos niños”.

Lalo y mi hermano

Ahí estábamos los primos, juntos otra vez en Fortín de las Flores, en casa de tío Pablo y tía Vir. Alrededor de la mesa, tomando cerveza, comiendo chicharrón, carnitas, barbacoa, carne asada, camarones. Juntos otra ves conviviendo un fin de semana entero, como cuando éramos chicos. Ahí estaba mi tía Lupita, feliz por la visita de Lalo... así de feliz como se ponía mi mamá cada vez que yo venía, feliz como está ahora porque ya vine para quedarme.


domingo, julio 15, 2007

Tierra prometida

Ahora si me colgué… me volví a colgar… dejé de escribir, de comunicarme con el Emigrante… ¿Las razones? Las mismas que en ocasiones anteriores. Me he dejado absorber por mis actividades cotidianas. Y aún así no he alcanzado a hacer todo lo que debería hacer. Aún no tengo credencial para votar con fotografía, ni la solicito; ah, pero ya abrí una cuenta bancaria. Ahora, sólo estoy a la espera de cobrar mi primer sueldo, para hacer mi primer depósito.

Empecé a trabajar hace cuatro semanas y según la previsión de la administradora, me pagarán a finales de mes. Espero que así sea, porque me urge irme de la casa de mi mamá. Necesito contar ya con un espacio propio. La convivencia es cordial, respetuosa, amorosa. Me da mucho gusto tener cerca a mi mamá, pero… ya no me encuentro totalmente cómodo viviendo con ella. Necesito un espacio propio e independiente… por eso quiero cobrar ya.

Siento que todavía no acabo de llegar y establecerme. Todavía siento que estoy “de paso”. Necesito un territorio propio para sentirme en casa, para construir mi propia historia. Siento que hasta que no cuente con un espacio propio, con mi “tierra prometida” no podré echar raíces. Y eso es lo que más quiero, terminar de llegar y enterrar mis raíces en esta tierra.


jueves, julio 05, 2007

Mirada que acaricia el viento

Así se llama una exposición fotográfica que se inauguró hace poco en Xalapa: “Mirada que acaricia el viento”. Me enteré de esto porque Guille, una amiga de mi mamá, lo vio en el periódico y me mandó una copia. Yo no había tenido mucho tiempo de navegar los periódicos. He tenido mucho trabajo. He estado preparándome ya para la doble jornada que empiezo el lunes con el curso que voy a dar. Llego a casa, me pongo cómodo, veo el fútbol y cuando termina el partido leo la nota en el periódico. De inmediato me dan ganas de salir corriendo a la galería donde se encuentra la exposición, pero no voy, ya es tarde, seguramente ya cerraron o están por cerrar. Pienso: voy mañana… y vuelvo a leer subrayando las partes que me parecieron más interesantes:

La muestra “recoge imágenes sobre la situación de las mujeres que comparten una característica común: ser esposas, hermanas o hijas de emigrantes, lo cual les brinda conocer de primera mano las experiencias que sus familiares viven en su trayectoria por alcanzar un mejor nivel de vida.

Las charlas surgieron al igual que los comentarios entre los cuales cobró notoriedad conocer que el proyecto de la Fundación Rockefeller incluyó el de capacitar a las mujeres no acostumbradas a los procesos educativos y que éstas presentaran, a través de imágenes, cómo conciben el fenómeno de la emigración, experiencia que también dará vida, muy pronto, a la edición de un libro, otra de las muchas buenas nuevas que se dieron a conocer esa tarde en que no se pasó por alto mencionar que se continúa trabajando en comunidades como Llano Grande, Independencia y Tejerías, actividad que dará como resultado el texto de historias “Cuentos de la abuela”, el cual busca que los emigrantes y sus hijos residentes en los Estados Unidos, no pierdan sus raíces.


La nota completa en el Diario de Xalapa del día martes 3 de Julio de 2007


Hace ya dos meses

Me va sudando la frente, camino hacia mi casa. Voy mirando el suelo mientras pienso en el partido que voy a ver en la televisión. Una persona camina en la dirección opuesta a la que camino yo; me llama: Rodrigo. Alzo la mirada y me encuentro con Gil, que hacía como diez años que no veía. Me pregunta y le cuento. Hoy hace exactamente dos meses que regresé a México después de estar seis años y medio en Europa. Vengo del trabajo, empecé hace casi tres semanas. No me casé. Viví con Anna casi cinco años. No tengo hijos. Y la pregunta obligada llega: ¿Por qué regresaste?

Repito la misma historia que he venido narrando incontables ocasiones. Y el me cuenta que estudió arquitectura, que se acaba de titular, que no tiene trabajo, que tiene un proyecto de urbanismo para el centro histórico de Xalapa, pero que no ve claro, que tiene un tío en Houston, Texas, que está considerando el irse para allá un tiempo. Me cuenta que le ha sido difícil encontrar trabajos interesantes donde le paguen bien.

Sudamos, hace calor, el sol sigue arriba. Estamos frente a frente sobre la acera. Gil es unos cuatro años más joven que yo, recordamos aquellos días cuando hacíamos música. Volvemos al tema de su proyecto, de su desempleo, de la desesperación que produce el buscar y no encontrar. Le recomiendo que viaje si se siente desanimado y con curiosidad por conocer otros lugares, otras personas, otras formas de ver la vida, que se vaya con su tío a Houston. Le digo que un cambio de aires normalmente ayuda… que yo me sentía como él cuando decidí irme. Le conté que yo también me sentía con ganas de más, de algo mejor, de adquirir más experiencia, de conocer el mundo más allá de los límites de Veracruz.