Emigrante Veracruzano

Espacio abierto al diálogo entre las veracruzanas y veracruzanos que viven en otro Estado de la República, en otro país o en una ciudad que no es su lugar de origen dentro del mismo Estado de Veracruz. Espacio igualmente abierto para los familiares que esperan el regreso de los que emigraron y académicos estudiosos del fenónemo de la migración entre los veracruzanos.

sábado, junio 30, 2007

Emigrante en Canadá

Alex es uno de los primeros mexicanos que llegaron a Toronto. Hace 20 años salió junto con sus padres de su natal Veracruz por necesidades económicas, instalándose en suelo canadiense, donde mantiene una vida tranquila y feliz.

(...)

A pesar de ser de Veracruz, Alex es aficionado del Atlas, "pues cuando vivía en el puerto no había fútbol de Primera División, así que me gustaba mucho el Atlas y hasta ahora lo sigo por televisión".

(...)

"Los latinos somos muy unidos en Toronto. Los mexicanos somos minoría, pero nos juntamos con los argentinos, colombianos y nicaragüenses."

(...)

"Soy mexicano cien por ciento. Mis hijas nacieron en Canadá, pero también les hablo mucho de México y quiero que se sientan orgullosas de ese país tan hermoso. Cada vez que puedo, cada año, viajo para allá, lo extraño y lo valoro a la distancia".

La nota completa en:
www.oem.com.mx/esto/notas/n328048.htm


jueves, junio 28, 2007

La comida del domingo

El domingo pasado celebramos el cumpleaños de mi tía Gilda. Antes. de comer vimos el partido de México contra Estados Unidos. En la sala, estábamos los que creíamos que era posible que México ganara y los que, quizás por evitarse un desengaño, desde el principio afirmaban convencidos que la selección de México iba a perder.

Emocionado me levantaba del sillón con cada oportunidad de gol a favor o en contra... mientras mi primo Omar gritaba o aplaudia. Meintras comentábamos alguna jugada, le entrábamos a la botana: cacahuates, salchichas, galletas saladas con queso. Mi primo Enrique, con el marcador favorable para México 1-0, comentaba: siempre es lo mismo, siempre pierden contra los gringos, para que se emocionan. Omar y yo, seguímos pensando que era posible la victoria de nuestra selección. Hasta que llegó el final y México perdió.

Recordé aquel partido México contra Argentina en el mundial de Alemania. Lo ví en un restaurante marroquí en Madrid. Incluso tengo por ahí perdida una foto donde estoy con mi primo Lalo, ese día, viendo el partido. Recuerdo que eramos unos cuantos mexicanos rodeados por marroquíes... y todos querían que ganara México... pero también perdió esa vez.


Y bueno, el fútbol terminó y poco después pasamos a la mesa. Comí mole con un arroz que hizo mi tía, unos frijoles refritos y tortillas azules. Puts! Lo máximo. Como suele decirse, me supo a gloria: el mole combinado con laz voces y sonrisas de mis primos, de mi hermano, de mi mamá, de mi tía, de mi abuela. Como siempre, repetí mole con arroz y frijoles, ya sin pollo. Y luego vino el pastel de tres leches. Después de mucho tiempo, volví a cantar las mañanitas. Me dí cuenta con cuanto sentimiento las cantaba, mientras observaba los rostros de las personas que tanto quiero. Me dí cuenta de que estaba de nuevo en una comida dominical integrado en una gran familia.


viernes, junio 22, 2007

Día del padre


El martes, me llamaron para ofrecerme un trabajo que ya hasta se me había olvidado que había solicitado. Una oportunidad de oro para trabajar como maestro en la Universidad Veracruzana… y hoy, me llamaron de otro trabajo que también ya había olvidado, como fotógrafo en una agencia de publicidad. Esto me gusta, la oportunidad de elegir, que se abran caminos frente a mis pies. Me gusta estar de vuelta, buscando mi lugar en esta Xalapa que ratos me resulta desconocida.

Estoy feliz estando de regreso. No pasa un día donde no descubra un gesto, una caricia, una imagen, una esquina, un sonido, una sensación que me haga sentir inmensamente feliz por estar aquí, de vuelta. Y si, hay ratos jodidos, pero los opacan los ratos felices… y ahora me viene a la mente el domingo pasado… pues aún recuerdo con dicha el haber pasado el día del padre con mi papá… después de seis años de no hacerlo.

Hacía un calor insoportable en el Puerto. Llegué el sábado al medio día. Estuve cotorreando con mi hermana. Platicamos bastante, celebramos que por fin salió de la secundaria, le conté detalles de mi vida amorosa. Nos hicimos algunas fotos. Ýa tarde llegó mi hermano a casa y estuvimos jugando Xbox... cerré los ojos y al abrirlo ya era domingo... Día del padre... después de seis años volvía a pasar el día del padre con mi papá... Fue muy lindo poder abrazarlo y decirle: gracias por ser mi papá. Fui muy feliz tomándome una Victoria a solas con él. Estando de vuelta, queriéndolo de cerca.

Fer y yo, en el coche de papá


Rumbo al norte

Investigación

Rumbo al norte: Nuevos destinos de la emigración veracruzana
María Eugenia Anguiano Téllez
El Colegio de la Frontera Norte

En este trabajo se describe el contexto de la emigración veracruzana reciente y se explora la participación de los veracruzanos en los flujos migratorios que transitan por la frontera norte mexicana. Con información del Consejo Nacional de Población, se analiza el contexto migratorio del Estado de Veracruz entre 1955 y 1995 y se identifican los municipios veracruzanos con mayor grado de intensidad migratoria internacional en el quinquenio 1995-2000. De igual forma, con datos de la Encuesta sobre Migración en la Frontera Norte de México se examina la participación de los veracruzanos en el flujo de migrantes que se desplazan por las localidades fronterizas con destino a esta región o hacia Estados Unidos, identificando sus itinerarios de origen, tránsito y destino.

La investigación completa en:
http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/pdf/151/15103104.pdf


jueves, junio 21, 2007

Para no bajonearme

No se por donde empezar. Han pasado muchas cosas esta última semana. Y muy a mi pesar he dejado de frecuentar el Emigrante. Otra vez no ha sido por falta de ganas... aunque si por falta de tiempo, falta de energía... de inspiración... A ver, me explico... resulta que el lunes empecé a trabajar, me incorporé al mismo lugar donde trabajaba hace siete años, antes de irme... en la Universidad Veracruzana. Es el mismo departamento con otro nombre, en otro edificio, con otro jefe y algunos compañeros nuevos.

No negaré que a ratos me he encontrado contento por empezar a trabajar, pero a ratos, también me he sentido como en la fantasía más bizarra de Dalí, de Buñuel o de Tim Burton. Me he sentido viviendo en una broma, en una historia absurda... y es que hace siete años que trabajé ahí, ganaba seis mil quinientos pesos… (Nada mal para un universitario recién egresado…) y hoy, siete años después, vuelvo, con más experiencia y estudios de postgrado y me pagan cinco mil doscientos pesos… ¡Viva México!

Para no bajonearme pienso en lo bueno de mi retorno, la convivencia con mis amigos y con mi familia, en la recuperación de un antiguo y profundo amor… pienso en que no vine a México por el dinero… que si fuera esa mi prioridad me hubiera quedado en Suecia, o en España… pienso positivo: en que ya llegará una oportunidad mejor, que por ahora está bien este trabajo… en lo que me acomodo, en lo que me hago un lugar en la ciudad…


martes, junio 12, 2007

Menores migrantes veracruzanos

Hoy leo en las páginas electrónicas de La Jornada: "Se duplica en 5 años cifra de menores migrantes atendidos en instituciones". Me vienen a la mente otras notas que he leído anteriormente sobre el mismo tema. Imagino a una niña que decide dejar su casa para intentar reunirse con algún pariente que hace tiempo se fue al otro lado del río. Me imagino lo duro que será el camino, los peligros a los que está expuesta. Y pienso en mí... yo me fui a los 23 años, como migrante de lujo, sentado en un avión, con dinero en el bolsillo y en una cuenta bancaria. Pienso en que ahora estoy de regreso, sano y salvo. Pienso en los niños migrantes y me pregunto: ¿correran ellos con la misma suerte? ¿llegarán a ser adultos? ¿alcanzarán su objetivo sin lastimar su integridad física, mental y emocional?

Y sigo leyendo...

"Unos 18 mil menores migrantes son atendidos cada año por instituciones de asistencia del país, lo que representa el doble del promedio de hace apenas un lustro, informó la comisionada del Instituto Nacional de Migración (INM), Cecilia Romero."

"Sostuvo que los niños migrantes enfrentan dos riesgos: su limitada capacidad física y jurídica, así como los peligros que implica viajar en solitario."

"A su vez, la titular del DIF, Cecilia Landerreche, manifestó que cotidianamente se repite el "drama de los menores y adolescentes que dejan su casa, su familia y su país; viven en las calles para después perderse en los desiertos y ser susceptibles de explotación, maltrato y abuso, careciendo del soporte más elemental para esta edad, que es la familia".

"Landerreche explicó que la mayoría de los menores migrantes mexicanos proviene de Guanajuato, Veracruz, Puebla y Chiapas. Agregó que en dicho convenio participa una red de 64 albergues de tránsito, 16 de los cuales pertenecen a los sistemas estatales y municipales del DIF; Añadió que al programa se han adherido 10 entidades de las fronteras norte y sur."

La nota completa en:
www.jornada.unam.mx/2007/06/12/index.php?section=sociedad&article=041n2soc


lunes, junio 11, 2007

Queremos trabajo

Desde que llegué, no pasa un día sin que piense o haga algo relacionado con el conseguir un trabajo. Ya hace más de un mes que llegué y aún no encuentro trabajo. Sigo esperando que se cumpla una promesa que me hicieron hace unos meses: un trabajo de ensueño haciendo lo que me gusta, en la Universidad Veracruzana… pero la burocracia es lenta en México… sigo esperando y quien sabe cuánto más tenga que esperar… por eso, he estado buscando otras opciones… y si todo sale bien, en agosto puedo empezar a trabajar como maestro en la universidad donde estudié… a parte de que esta semana, voy a ir presentarme en un par de centros educativos más, para que haya más opciones.


En lo que encuentro trabajo, me dedico a recorrer la ciudad, a tomar fotos, a guardar instantes en la memoria, a llenarme de Xalapa. Salgo a caminar, con mi cámara colgando del cuello y una mochila en la espalda. El sol quema y hace calor. Llego a la plaza Lerdo y me encuentro con una manifestación fuera de lo común. Son músicos que quieren trabajo. Enseguida pensé en mí, yo también quiero trabajo... en mi país, en mi ciudad. Mientras observaba a los músicos me preguntaba: ¿serán de Xalapa? ¿de dónde vendrán? ¿y sus hijos? ¿tendrán hijos? ¿dónde están?


Los músicos se turnaron para tocar. Los de la marimba, entre otras se aventaron "Veracruz" y los de las botas y los sombreros algunas polkas. El sol estaba pegando fuerte en la plaza. Y ahí estaba yo, con mi desempleo, con mi satisfacción por estar de vuelta, con mis ganas de integrarme a la ciudad, a los músicos que quieren trabajo. Ahí estaba yo, escuchando la música, observando los rostros sonrientes de los músicos... pensando en el currículum que rato antes había dejado solicitando un empleo... ¿será ese el trabajo para mí? o ¿será el otro en la UV? o ¿En la Universidad de Xalapa? ¿Cuál se hará primero? ¿Cuánto más tendré que esperar?


sábado, junio 09, 2007

¿Por qué puras tragedias?

De vez en cuando navego en la red buscando información periodística acerca de la vida de los veracruzanos fuera de nuestras fronteras. Pocas veces encuentro notas que hablen del quehacer artístico, cultural, laboral y social de los veracruzanos. Casi siempre lo que para los medios resulta digno de mención son las tragedias, las cifras de los que cruzan, de los que mueren en el intento. Pensé en todo esto el otro día que navegando, me encontré con esto: “Muere veracruzano en su intento por cruzar a EU”.

“Un veracruzano que intentaba cruzar de manera ilegal a los Estados Unidos, murió ahogado en el canal de riego Franklin, que circula paralelo al río Bravo, en donde fue encontrado por cuerpos de rescate de la vecina ciudad de El Paso, Texas.”

“Este es el noveno indocumentado mexicano que muere este año en la región Juárez-El Paso al tratar de cruzar en busca de trabajo al vecino país del norte.“

“Javier Zambrano, vocero de la Policía de El Paso, dijo que la víctima es originaria del estado de Veracruz, ya que fue identificado por los documentos que traía escondidos entre su ropa, pero su nombre no lo proporcionaron los agentes de la Patrulla Fronteriza ni la Policía, hasta que sus familiares estén notificados, de acuerdo a las reglas en esta materia en Estados Unidos.”

“Se trata de un joven de aproximadamente 25 años de edad que se quedó atorado en la maleza que crece en los lados del canal y llevaba al menos 72 horas sin vida.”

Ahora estoy sentado en la comodidad de mi casa materna. He dejado lejos los días de transitar por calles llenas de inmigrantes extranjeros. He dejado atrás las noticias de Televisión Española, acerca de naufragios y rescates en las aguas del Estrecho de Gibraltar. La televisión que llego a ver hoy, raramente muestra rostros africanos demacrados y tristes. Hoy, en la televisión que miro, me encuentro ante la misma tragedia, pero con otros rostros, en otras aguas… pero al final, la misma historia: “Mi vida la dejé entre Ceuta y Gibraltar, soy una raya en el mar, fantasma en la ciudad, mi vida va prohibida, dice la autoridad”

La nota completa en:
http://www.eluniversal.com.mx/notas/vi_421666.html


viernes, junio 08, 2007

El bulto

Hace poco más de un mes que regresé y de pronto se me olvida que acabo de llegar, que he estado fuera 6 años y medio, que mi vida está experimentando un cambio radical. Sin embargo, de un momento a otro, como si despertara de un sueño, vuelvo a esa realidad del "recién llegado", del "extranjero". Me encuentro con costumbres y formas de hacer las cosas a las que ya no estoy acostumbrado. Me descubro “diferente”, “raro” y las personas con las que convivo llegan a tacharme de radical e “ideático” por defender mis posturas. A veces, cuando me pongo más dramático, siento como si estuviera naciendo otra vez; me siento como el personaje principal de la película El Bulto, que cayó en coma y veinte años después, se despierta en un mundo que no entiende.

Cuando eso ocurre, me hablo a mí mismo y me digo que estoy viviendo un proceso; que me llevará tiempo terminar de llegar y echar raíces. Recuerdo entonces que hace a penas un mes que llegué… aunque a veces la cotidianidad y la forma en que la gente me trata me hagan sentir que nunca me fui.

Me acuesto en mi cama, respiro profundo, me concentro en mis pensamientos y pierdo la mirada en el techo. Recuerdo que hoy en la mañana Edgar me preguntó si no extrañaba mi vida en Europa. Recuerdo que a parte de Edgar muchas otras personas me han preguntado lo mismo en los últimos días. Sonrío. Inhalo y exhalo satisfecho. Me siento a gusto, cómodo, feliz. Estoy de vuelta y no extraño mi vida en Europa.


viernes, junio 01, 2007

Regreso a Villarica

El otro día estuve organizando mis libros. Hacía por lo menos siete años que nadie les metía mano. Los saqué del librero y los empecé a apilar de acuerdo a su tema, mezclándolos con los libros que traje en mi último viaje. Fueron por lo menos dos horas de combinar alérgicos estornudos con alegres suspiros. Cada libro me recordaba un momento diferente de mi vida pasada. Los abría, los hojeaba; el olor a “guardado” me hacía estornudar, suspiraba, sonreía. Entre mis libros encontré también unas carpetas llenas de cartas, cuentos y canciones. Empecé a leer algunos textos y fue así como volví a Villarrica, Veracruz.

Desde mi último año de preparatoria comencé a soñar con viajar; con irme lejos y aprender más cosas sobre el mundo y sobre mi mismo. Desde entonces comencé a viajar cada vez que podía; muchas veces desacatando las reglas de la casa. Primero fue Tampico, luego viajes cortos al Ojo de Agua en Actopan, Tecolutla y Villarica. Todavía recuerdo lo emocionado que estaba con mi primer viaje de aventón desde el Ojo de Agua hasta Xalapa. Recuerdo también aquel viaje a Villarrica que fue como un retiro espiritual en un momento en donde me cuestionaba si seguía o no con mis estudios universitarios. Recuerdo que era el año 96 cuando me fui, solo con mis sueños y conflictos existenciales a una playa, varios kilómetros al norte del Puerto de Veracruz.

Tomé un camión AU en la central de autobuses de Xalapa y me bajé a pie de carretera en Villarrica. Para mi era una gran aventura dejar mi casa, irme solo a pasar unos días en la playa y en la montaña. Me sentía libre, con la posibilidad de comerme el mundo. Me sentía liberado de una realidad que no me estaba resultando tan cómoda, de un ambiente, en general, poco estimulante: el de la fresaría tonta de universidad de Xalapa.

Durante ese viaje escribí algunas notas. El tres de abril de 96, contemplando el amanecer, sentado sobre una piedra en las ruinas de Quiahuixtlan, escribí: “Al estar a la altura que estoy no se oyen más que las aves que por aquí vuelan, uno que otro coche que pasa abajo, por la carretera, el viento que corre libre y levemente el oleaje del mar. Aquí arriba, custodiando las ruinas, hay tres vigilantes, un niño y un perro. El niño está jugando “escondidillas” con el perro. El niño corre, se esconde detrás de un basamento piramidal, se queda inmóvil. El perro lo encuentra, el niño sonríe, el perro menea la cola. El rostro sonriente del niño y el amigable menear de cola del perro me encantaron, fue una imagen tan bonita, tan natural… irradiaban paz, armonía… cariño… ¡Se veían tan libres de todo!