Emigrante Veracruzano

Espacio abierto al diálogo entre las veracruzanas y veracruzanos que viven en otro Estado de la República, en otro país o en una ciudad que no es su lugar de origen dentro del mismo Estado de Veracruz. Espacio igualmente abierto para los familiares que esperan el regreso de los que emigraron y académicos estudiosos del fenónemo de la migración entre los veracruzanos.

viernes, septiembre 29, 2006

Mi yo latinoamericano

Ayer en la noche llegué a Aranjuez para ver a mi primo. No estaba y me fui a un locutorio que está cerca de su casa. Un locutorio es un sitio donde puedes alquilar computadoras con acceso a Internet, donde hay cabinas telefónicas. Ahí me encontré con una flota de ecuatorianos y peruanos chambeadores que estaban cheleando. Poco a poco me uní al cotorreo.

Después de bajarnos varias caguamas jalamos a casa de un compa de ellos. Al llegar a casa del compañero fue como haberme ido de España, por la decoración, los rostros morenos y ecuatorianos de la familia, la música de las voces de todos nosotros, las chelas, el aguardiente colombiano, las fotografías de familia colgadas de las paredes, las fotos de su boda en Ecuador, las fotos de sus papás, las fotos de sus hijos.

La bachata, la salsa, la cumbia, el merengue y el regueton acompañaban nuestras conversaciones. Y aunque había una mayoría ecuatoriana, entrar a casa del compa fue como haberse transportado un indefinido territorio latinoamericano. Ahí estábamos, tomando caguamas, tomando todos de la misma botella, tomando todos aguardiente del único caballito que había en la casa.

La flota por supuesto siguiendo las enseñanzas de Diosito nuestro señor, "cabuleense los unos a los otros como yo me los cabuleo a diario". Hablando de fútbol, de que a quien le pega su vieja por llegar tarde, de que quien es papá de quien... y al final parece todo una gran familia incestuosa, todos son hijos de todos y todos son papá de todos.

Para cerrar la noche nos fuimos al club "¿No que no?". Allá fue encontrarse con más peruanos, ecuatorianos, colombianos y chilenos, además de españoles claro. Al ritmo de salsa y cumbia me pasé un buen rato, pero como mi cuerpecito estaba ya tan cansado, me fui a casa de mi primo a dormir. Estaba contento. Durante algunas horas me había ido de viaje, me había descubierto medio ecuatoriano, medio peruano, medio colombiano; muy mexicano, muy latinoamericano.


martes, septiembre 26, 2006

¿De dónde salieron los niños?

De Xalapa, Medellín, Veracruz y Azueta, los niños abandonados en la frontera

"Lo más grave es que los padres de familia lograron el cruce y en el camino dejaron a los niños. Si un adulto la pasa bastante difícil, pues obviamente peor para un menor de edad. Efectivamene han sido remitidos algunos menores aquí al Estado de Veracruz que han sido encontrados en estado de abandono o también por las autoridades de Estados Unidos al momento de cruzar, han tenido que ser regresados con sus familiares"

La nota completa en el Diario de Xalapa:


domingo, septiembre 24, 2006

¿Es esto lo que debería vivir un niño?

Hoy domingo me encontré en una nota del Diario de Xalapa unos datos terribles. Cifras que sintetizan al máximo la desintegración familiar que producen la falta de oportunidades en México, y su consecuente búsqueda fuera de nuestras fronteras. Cifras detrás de las cuales hay rostros, nombres, sueños y pesadillas, esperanzas y frustraciones, dramas personales con nombres y apellidos.

En la nota se señala que el DIF de Sonora recogió en el primer semestre de este año seis mil niños abandonados en la franja fronteriza. La directora del DIF de ese Estado alerta sobre ese "nuevo fenómeno social derivado de que las familias abandonan a menores de edad que no pueden cruzar"; niños que "quedan en el desamparo y a merced de traficantes y explotadores".

La nota menciona que las edades de los niños oscilan entre los 5 y los 15 años y cita a la directora del DIF de Sonora: "Los niños se nos quedaban en la frontera donde los agentes fronterizos norteamericanos hacían los aseguramientos, entregaban en algunos casos los menores a los consulados mexicanos en ciudades estadunidenses, pero también hubo situaciones en que se llenaban las camionetas y los abandonaban a su suerte en territorio mexicano." Los niños "corrían sin saber siquiera en qué lugar estaban parados y se quedaban a merced muchas veces de gente que no son precisamente personas que actúan de buena fe con ellos".

De esos niños, cerca de 750 eran originarios del Estado de Veracruz.

Seré preguntón, ¿Cuántos niños más serán abandonados en la frontera? ¿Cuántas familias más se verán obligadas a dividirse? ¿Cuántos niños se verán obligados a prostituirse? ¿Y si algunos de esos niños fueran nuestros hijos, nuestros sobrinos o nuestros hermanos?

La nota señala también que la directora del DIF del Estado de Veracruz ofreció "reforzar la conciencia en las principales poblaciones expulsoras (...) para que no expongan a sus niños en estas aventuras por el sueño americano mientras que el gobierno estatal promueve inversiones y creación de empleos para desalentar la migración de veracruzanos".

Y me pregunto, ¿Cuándo llegará el día en que Veracruz deje de expulsar a sus ciudadanos?

La nota completa en:
www.oem.com.mx/diariodexalapa/notas/n19836.htm


La sirena Belinda

De viaje por otros países es fácil que uno pueda ver y experimentar cosas que en apariencia sean muy locas. Cosas poco comunes que de entrada pueden parecer irreales, surreales, imposibles. Pero cualquier cosa puede pasar en esta vida y creo que es mejor cuando tenemos nuestros corazones abiertos, receptivos... dispuestos a enamorarnos de los detalles mínimos y mágicos... por qué no... de una sirena.

Y así fue. Hace tiempo me enamoré de una sirena. Una sirena plateada que repartía sonrisas en una esquina. Era una sirena dulce como las miradas de los niños que la contemplaban. La sirena se llama Belinda y nació en las Islas Canarias.

Recuerdo que la encontré al final de un callejón en Nerja, Málaga, España. Estaba ahí tan bonita, tan dulce, tan sirena, tan plateada, tan tierna, enamorando a sus fans tan luminosa. La contemplé fascinado. Admiré la progresión de sus gestos al ritmo de las monedas, que en su caja de pañuelos le depositaba su público.

La contemplé un rato largo. Me miró y me sonrió. Conversamos sin palabras. En uno de sus instantes de quietud, saqué una moneda de mi bolsillo. La deposité en su caja de pañuelos y fui recompensado con una sonrisa, y una sucesión de graciosos aleteos coronados con la música de su caracol.

Finalmente, después de unas horas terminó su turno, era tarde. Los transeúntes más jóvenes habían desaparecido y los mayores no se detenían a contemplarla. Belinda se arrancó su aleta, descubriendo unos pies pequeños y descalzos. Ahí estaba, a la luz de la luna, una sirena plateada fumándose un cigarro. Me acerqué a ella y comenzamos nuestro contacto verbal.


La solidaridad que hace falta

Leyendo el diario me encontré una nota de esas que me conmueven tanto. En medio de las fificultades y los infiernos me gusta darme cuenta que aún existe gente solidaria, empática. Ahí les va un fragmento del reportaje: México, duro "entrenamiento" para centroamericanos que sueñan con EU.

(...)

Ahora recuerda que cientos de kilómetros atrás, en Tabasco, con él venían en el tren más de tres mil centroamericanos, hombres, mujeres y niños. La mayoría fueron detenidos en Veracruz. Otros cayeron de las góndolas al quedarse dormidos o entumirse sus manos. Muy pocos llegaron tan lejos como él, pero todavía le falta mucho recorrido.

Igual que Pedro, antes de enfrentarse con los cazamigrantes, el desierto y la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos, los indocumentados pasan por un involuntario y duro "entrenamiento" en territorio mexicano.

(...)

Cuando llegamos a un lugar que se llama Coatzacoalcos fuimos a la casa del migrante y nos dieron de comer, pero únicamente nos tuvieron un día, nos dijeron que nos fuéramos porque llegaban muchos y había que ayudarles también a los otros".

En Veracruz, al pasar el tren se acercaban personas "que le estaban dando de comer a uno. Ahí sí nos hizo falta barriga, porque ahí de una parte y de otra nos estaban dando... nos tiraban comida al tren, y bastante agua".

De Coatzacoalcos le seguimos para el Distrito Federal, toda una noche, pero topamos con un retén "y los agarraron a ellos, yo me escapé por unos cañales, como era de noche no me vieron, no me pudieron agarrar".

Después se encontró con otro indocumentado, de El Salvador, y juntos emprendieron el viaje al norte de México, de polizones en el tren. "No nos topamos a los guardias del tren, antes un buen guardia que estaba ahí en la estación nos dijo que tomáramos ese tren que venía para estos lados acá.

La nota completa en:

www.jornada.unam.mx/2006/09/23/030n1est.php


viernes, septiembre 22, 2006

¿Dónde está Foxilandia?

En agosto el desempleo afectó a un millón 750 mil mexicanos

La desocupación abierta alcanzó en agosto reciente su máxima dimensión histórica, al afectar a más de un millón 750 mil personas en edad y condiciones para trabajar que buscan empleo y no lo encuentran en el país, indican informes dados a conocer por el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI).

En este nivel, el universo de desocupados resintió un incremento de 186 por ciento respecto a la dimensión que tuvo al comienzo del gobierno encabezado por el presidente Vicente Fox Quesada.

De acuerdo con los informes del organismo, en diciembre de 2000 el desempleo abierto afectaba a 612 mil 209 personas; de tal manera que en los casi seis años siguientes, más de un millón 137 mil integrantes de la población económicamente activa (PEA), se incorporaron a las filas de la desocupación, hasta alcanzar una dimensión nunca antes asentada en los registros oficiales.

La nota completa en:


Me pregunto: ¿Es cierto que cada pueblo tiene el gobierno que se merece? ¿Nos merecemos esto? ¿Qué hemos hecho para merecer esto? ¿No trabajamos porque no queremos? Según dicen, en Foxilandia existe en México en marcha, con una economía estable y fuerte... pero ¿de que nos sirve una economía estable si no tenemos trabajo? ¿De que les sirve la economía estable a los cerca de 40 millones de mexicanos que viven en condiciones de pobreza extrema? Nos dicen que falta mucho por hacer pero que vamos por buen camino... no puedo evitar preguntarme ¿cuándo llegamos? ¿esperaremos otros seis años y al final nos encontraremos con cifras más escandalosas? ¿nos volveran entonces con el cuento de que falta mucho por hacer pero que vamos por buen camino? ¿nos pedirán que esperemos otros seis años? ¿aguantaremos otros 12 años? ¿cuántos más emigrarán?


¿Por qué queremos o por que no nos queda de otra?

México, con el mayor índice de migración en el mundo;
expulsa a casi 580 mil personas al año: ONU

Guadalajara, Jal., 6 de septiembre. México es la nación con mayor índice de emigración en el mundo, sostuvo el representante del Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA, por sus siglas en inglés), Arie Hoeckman, también calificó a México como el principal país con inmigrantes en tránsito.

Dijo que en los últimos 30 años, la población mexicana en Estados Unidos se multiplicó 14 veces, y que en este momento, los mexicanos que viven en el vecino país sobrepasan los 10 millones de personas, más los hijos de mexicanos nacidos en territorio estadunidense, lo que da un total de 28 millones de personas, más del 10 por ciento de la población norteamericana.

(...)

Destacó que el 30 por ciento de la población mexicana que emigra a Estados Unidos es joven, de 10 a 24 años de edad, grupo que se está reduciendo en el país por la alta tasa de emigración. "Hay más jóvenes mexicanos que están emigrando, que los que están añadiéndose a la población", comentó.

La nota completa en:

http://www.jornada.unam.mx/2006/09/07/025n2mig.php

Me pregunto: ¿Por qué nos vamos? ¿Por qué se van? ¿Por qué queremos o por que no nos queda de otra? Es justo que en México haya más de 50 millones de pobres al mismo tiempo que 10 o 15 personas dentro de los cien más ricos de la revista Forbes? ¿Somos pobres por que queremos? ¿Porque somos huevones? ¿Será que nos faltan oportunidades?


viernes, septiembre 15, 2006

Nueva sección sobre temas migratorios

Por fin, el Diario de Xalapa cambia su añejo diseño WEB por algo más dinámico... y además, para que quede claro lo importente que es ya el fenómeno migratorio internacional en el Estado de Veracruz... el Diario, tiene una sección permanente titulada MIGRACIÓN. Me parece una apuesta muy pertinente. Y el diseño está bastante chido, más fresco, más dinámico.

Para empezar a checar la información de la sección de MIGRACIÓN les recomiendo la nota:

México, líder mundial en migración

Para verla, píquenle aquí:


lunes, septiembre 11, 2006

Hace cinco años

Esa noche dormí acurrucado junto a mi mochila en el suelo del aeropuerto y afortunadamente, al día siguiente me colé en uno de los vuelos extras que la compañía había organizado para solventar la contingencia del 11 de septiembre. Durante todo el camino me fui bebiendo y platicando con varios de los mexicanos con los que había estado conviviendo en las últimas horas. Llegué a México y mi primo me recibió con un fuerte abrazo; Anna estaba dormida en su coche, había llegado un par de horas antes que yo y estaba cansadísima.

A pesar de que había dejado en Frankfurt un aeropuerto lleno de policías y sumergido en un ritmo mucho más agitado de lo normal, volvió a llamarme la atención el contraste entre el silencio y el ritmo lento de la vida en el aeropuerto alemán y el bullicio y el ritmo acelerado en el de México. Yo estaba feliz de vuelta, pero como ya me había acostumbrado a vivir rodeado por otros acentos y otras lenguas, me resultaba un poco raro escuchar a todos a mí alrededor hablando “en mexicano”. Observaba a la gente despedirse, fundirse en un abrazo, secarse las lágrimas, platicar, mirar sus relojes, encontrarse con la mirada, saludarse, sonreír. Ahí todo me parecía más lleno de vida, más alegre, más espontáneo, menos ordenado.

Caminamos al estacionamiento. Saludé a Mayka, la chava de Eduardo. Anna estaba acostada en el asiento de tras del coche. Abrí la puerta, la desperté acariciando su rostro. Me dio un beso y me abrazó. Guardé mi mochila, dejamos el estacionamiento y nos metimos en el intenso tráfico de la Ciudad de México. Nos dirigíamos a casa de mi tía Lupita, la mamá de Eduardo. Nos fuimos platicando todo el camino y al mismo tiempo, a través de la ventanilla, Anna y yo observábamos con atención todo lo que íbamos dejando atrás. El mismo paisaje visto desde dos puntos de vista muy diferentes. Para ella todo era más rápido, más ruidoso, menos ordenado, más sucio, novedoso, diferente. Para mí el ritmo, la temperatura, los colores, los olores; todo era cálidamente familiar, sin embargo no dejaba de contrastar lo que veía en México, con lo que había visto en Europa durante los últimos meses. Sentía que en mi se habían producido algunos cambios, que ya no era exactamente el mismo Rodrigo que se había ido un año antes. Me encontraba muy satisfecho con haberme ido y estar de vuelta. Me hacía muy feliz imaginarme el reencuentro con mi familia, con mis amigos.


sábado, septiembre 09, 2006

Divididos, como el culo


Leo las noticias en periódicos nacionales y en algunos extranjeros. Por un lado siento un orgullo tremendo; pero por otro, un asco y una vergüenza del mismo tamaño. Amo lo que soy, amo mis orígenes, pero eso no me impide ver lo putrefacto.

Ante mis ojos y los de mucha gente, México tiene una mitad que es una puta mierda, que me llena de vergüenza. Una mitad llena de egoísmo, mediocridad, mentira e hipocresía, entre otras muchas cosas. Pero también tiene una mitad que me llena de calor, de satisfacción, de orgullo. Una parte solidaria, transparente y luchadora.

La última elección presidencial en Estados Unidos quedó manchada por la duda del fraude. Para la mitad de estadounidenses George Bush obtuvo la presidencia gracias a las irregularidades del proceso en Florida, estado gobernado por su hermano. Ahora en México estamos en las mismas. Una gran parte de los votantes está convencida de que Felipe Calderón obtuvo la presidencia a basa de transas. Otra parte, los que votaron por él, quieren convencernos de que la elección fue limpia, de que no hubo fraude.

Si la elección fue tan transparente, ¿Por qué no realizar un recuento voto por voto, casilla por casilla? ¿Por qué el IFE no permite que los medios de comunicación el acceso a las boletas? ¿Por qué tanta prisa por incinerar las boletas?

Seguro que la parte de México que está a favor de que Felipe Calderón sea presidente a toda costa piensa en lo siguiente: si las últimas elecciones de Estados Unidos, nuestro “modelo a seguir” en cuanto a democracia se refiere, quedó manchada por la duda del fraude, ¿Por qué no en México?

Creo que tengo el derecho y la obligación de cuestionarlo. Se que merezco algo mejor. Se que no tiene por que chingados ser así. Se que puede ser de otra forma. Pero hoy, México es una puta mierda en muchos sentidos... ¿duele leerlo? ¿Duele darse cuenta de que es así? Sí, a mi me duele y mucho, pero el buscar excusas, disculpas o no querer verlo en su trágica dimensión no elimina los problemas, no transforma la realidad.

¿Que son duras mis palabras? Bueno, llevo casi 30 años acumulando en mi memoria y en mi cuerpo impotencia, engaños, robos, mentiras, desprecio, falta de oportunidades, hipocresía. Recuerdo las elecciones de 1988, las listas de los más ricos del mundo “llenas de mexicanos”, al lado de los 60 millones de pobres que hay en México. Llevo casi 30 años acumulando impotencia y estoy hasta la madre. Me niego a aceptar que tiene que ser así. Nel, ni madres. Otro México es posible.


Si muero lejos de tí...

Llega a Veracruz, cuerpo de migrante asesinado por agente de la Patrulla Fronteriza

Mexicali, BC, 1 de septiembre. Solitario, en un ataúd de madera, un migrante hizo el viaje inverso desde esta ciudad fronteriza a su lugar de origen, el municipio de Isla, Veracruz, limítrofe con el estado de Oaxaca.
A sus 20 años, Antonio Pérez Ramírez fue acribillado por un agente de la Patrulla Fronteriza que desde Arizona, Estados Unidos, disparó su arma de fuego calibre 40 en cinco ocasiones. Un disparo le impactó el brazo izquierdo y se le incrustó en el tórax.

(...)

Pérez se encontraba cerca de la garita internacional con unos amigos que planeaban cruzar hacia Estados Unidos, después de haber viajado unos 3 mil kilómetros para llegar a la frontera norte de su país.

Para ver la nota completa:

www.jornada.unam.mx/2006/09/03/041n1mig.php


Mi primer retorno

La mañana del 11 de septiembre de 2001, inicié mi primer viaje de retorno a México. Como los demás pasajeros del vuelo y como casi todos los habitantes del planeta, no tenía idea de que ese, sería un día trágicamente histórico. No sabía que en el momento justo en que un primer avión se estrellara contra las torres gemelas, yo estaría volando con dirección a Nueva York.

Llevábamos poco más de cuatro horas de vuelo, estábamos volando a través del espacio aéreo de Estados Unidos. De pronto el capitán nos informa que ha recibido órdenes de volar de regreso a nuestro punto de partida, Frankfurt, Alemania. Muchos pasajeros se veían molestos y otros preocupados, pero todos nos preguntábamos: por qué no podíamos continuar con nuestro viaje.

Nadie de la tripulación tenía una respuesta. El avión comenzó a volar de regreso a Europa. Sin querer alcancé a escuchar varias hipótesis que otros pasajeros comentaban. La de un fallo técnico en nuestro avión resultaba ser la más popular. El capitán volvió a dirigirse a nosotros y nos explicó que volvíamos a Alemania porque había “un problema” en Estados Unidos, que repentinamente se nos había negado volar utilizando su espacio aéreo. En los rostros de muchos pasajeros notaba nerviosismo, preocupación, como si no los convenciera la historia del capitán.

Al llegar al aeropuerto, comenzamos a notar un movimiento extraño: muchos policías, perros, colas en los teléfonos públicos, mucha gente utilizando teléfonos celulares. Entre tanta confusión, varios jóvenes mexicanos nos integramos en un grupo y comenzamos a jalar juntos buscando información. Al mismo tiempo aprovechamos para conocernos un poco: teníamos entre veinte y veintiocho años, la mitad de nosotros volvíamos después de un año fuera, estudiando, la otra mitad volvía de unas vacaciones por Europa. Llegamos a un mostrador y le preguntamos a un empleado del aeropuerto qué era lo que estaba pasando; entonces nos contó una historia que parecía la trama de una película: unos aviones se habían estrellado contra las torres gemelas en Nueva York.

Sin poder creerlo nos metimos en un restaurante. Toda la gente estaba mirando la televisión: un avión se estrellaba contra una de las torres gemelas, nubes de polvo, gente corriendo. Entonces, todos pensamos en que seguramente nuestras madres estarían muy preocupadas. Afortunadamente, la compañía aérea nos facilitó un teléfono y le llamé a mi mamá. Sonaba contentísima al oírme; me platicó que había estado angustiada viendo las noticias, pensando en que justo cuando las torres estaban envueltas en llamas, yo estaría volando cerca de Nueva York. Le dije que estaba bien, que me quedaría a dormir en el aeropuerto y que al día siguiente, la compañía aérea buscaría colocar a los viajeros que habíamos regresado en vuelos alternativos. Luego hablé con Anna y me dijo que su mamá estaba muy preocupada, que no quería dejarla ir a México al día siguiente; pero que había decidido viajar de cualquier forma. Yo le prometí que hablaría con mi primo Eduardo para que fuera a recogerla al aeropuerto, que podría quedarse en casa de mis tíos hasta que yo llegara, que además, si todo salía bien era muy probable que llegara a México sólo unas horas después que ella.


domingo, septiembre 03, 2006

Un respiro en el camino

Miles de transmigrantes centroamericanos encuentran en Veracruz un poco de alivio a las vejaciones que reciben a su paso por la república mexicana

LOS ANGELES, Veracruz, México.— Angela Ramos Morales y un grupo de amigas habitan en viviendas de lámina y madera, sin más riqueza que la exuberante vegetación del suelo veracruzano.

Sin embargo, no se dan tregua en lo que ya se ha constituido en un diario esfuerzo de solidaridad con cientos de transmigrantes centroamericanos que a su paso por el territorio mexicano son víctimas de múltiples vejaciones.

En su entorno de pobreza, el humanismo tiene un mayor valor. Ellas lo ven con humildad porque, dicen, “ellos [los migrantes] están peor que nosotros. Teníamos que hacer algo por esta gente; hicimos conciencia, nos organizamos, y nos pusimos a trabajar”.

***
Esta muestra de caridad colectiva se debe a que los habitantes de esa región están conscientes de las graves dificultades por las que pasan estos indocumentados, porque son las mismas que sufren los mexicanos que se van a Estados Unidos, apunta Ana María Aragonés, profesora-investigadora de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

“Al ver a los guatemaltecos, salvadoreños, hondureños y demás, ven a sus propias gentes en esas condiciones”, — explica—, “ya que muchos de ellos han muerto en el camino, y saben que los centroamericanos van a lo mismo. Saben que ya pasaron una frontera horrible, que es la de México, y que van a pasar la frontera de Estados Unidos, que es una cosa terrible”.

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En su rutina de generosidad, Angela define su máxima aspiración en la urgencia de “poder tener más comida, ropa, y demás cosas que les hacen falta a ellos, pero también de que cada vez un mayor número de personas se organicen para ayudarlos en los pueblos por donde pasan los indocumentados”.

Los habitantes de Los Angeles, Veracruz, van a continuar ayudando a los transmigrantes hasta que, garantizan, “la gente que nos ayude lo siga haciendo y, si dejan de hacerlo, pues nosotros vamos a seguir hasta donde podamos”.

“Los ángeles” de este poblado insisten en que “no es mucho lo que hacemos, pero es un granito de esperanza que sirve para que ellos sigan su camino y estén a salvo, con vida”.

Para ver la nota completa píquenle aquí:
www.laopinion.com/print.html?rkey=00031102160943004921


viernes, septiembre 01, 2006

¿Frío o caliente?


¿El agua está fría o templada? Depende a quien se le pregunte. Estaba a la orilla de un lago en el norte de Suecia con los hijos de Pelle, mi amigo y jefe. Ellos se metieron al agua y me decían que estaba "caliente", yo metí el pie y me parecía "helada". Era un verano atipicamente cálido en Suecia, ese día tendríamos una temperatura de unos 28 grados... muy agradable... pero el agua era otra cosa. El agua del lago estaba mucho más fría. Yo me fui metiendo, poco a poco, pero me costó. Aún habiendo vivido en Suecia varios años, mi percepción de lo que es frío y es caliente sigue siendo tropical. Y pensé en todo esto cuando en otro lago, en otra ciudad al norte de Suecia, estaba un hombre metiendo a su bebé el agua... para mí el agua estaba fría, casi helada... para nada me tentaba meterme a nadar... pero para ese niño, esa agua será su parámetro de "agua templada apta para nadar, para remojarse"


Muy feliz, muy tranquilo


Y ahí estaba Lalo, mi hermano, contemplando Lisboa desde el Castillo de San Jorge. Se acercaba el día que volverían a México y yo no quería estar triste, prefería seguir disfrutando los momentos presentes. Me encontraba muy feliz. Y a ratos me quedaba calladito observando a mis hermanos. Me recreaba viéndolos descubrir un mundo diferente al que conocían hasta entonces. Disfrutaba cuando probábamos juntos algún plato nuevo, el hablar en español y recibir respuestas en portugués, compartir un litro de sangría para calmar la sed. Observarlos en silencio me hacía sentir muy feliz, muy tranquilo, en paz, completo.